Uno de los atractivos que tiene Santillana del Mar para el turismo es Altamira, cueva declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que cuenta con pinturas paleolíticas de reconocido prestigio internacional. Hoy en día la cavidad original se encuentra cerrada al público.
Sin embargo, existe un museo de prehistoria en el que hay una réplica exacta de la misma, realizada utilizando las últimas tecnologías.
Además, Santillana es una de las localidades cántabras más visitadas, dada la conservación de un patrimonio arquitectónico y urbanístico medieval donde destaca el conjunto de casonas y torres que simbolizan el poder nobiliario de la época.
El desarrollo de la villa, declarada Conjunto Histórico Artístico en 1943, se produjo a partir del edificio que centralizaba el poder religioso, la colegiata de Santa Juliana, joya del románico en España.
Aunque su dicha diga que “Ni es Santa, ni es llana ni tiene mar” a 5km cuenta con la preciosa cala de Santa Justa, en la cual encontraras una una antigua ermita ubicada en una cavidad formada en el núcleo de un espectacular pliegue anticlinal.